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lunes, 29 de octubre de 2007

Historia del Canal de Suez

La idea de crear una conexión entre el Mar Rojo y el Mar Mediterráneo estaba muy extendida, inclusive desde hacía ya mucho tiempo, pero nunca nadie, salvo Bonaparte, había previsto una conexión directa a través del istmo de Suez.

Durante la expedición de Egipto, en 1799, Bonaparte pide a J.M. Le Père, ingeniero principal de Puentes y Calzadas, hacer una relación detallada del istmo. Le Père concluye erróneamente a una diferencia de nivel de cerca de 10 metros entre el Mar Rojo y el Mar Mediterráneo.

En 1846, los sansimonianos (grupo adepto al pensamiento de Claude Henri de San-Simon) fundan por iniciativa de su jefe Prosper Enfantin, una sociedad de estudios para promover el proyecto de canal uniendo el Nilo al Mar Rojo.

Louis-Maurice Linant de Bellefonds brillante ingeniero francés al servicio de Egipto, realiza en 1847 un estudio técnico sobre la posibilidad de perforar el istmo.

Cuando Lesseps llega a Egipto en noviembre de 1854, encuentra un terreno ya preparado en el ámbito técnico. Sin embargo, ninguno de sus antecesores había mostrado las capacidades políticas y la voluntad que eran indispensables para hacer avanzar el proyecto.

El 30 de noviembre de 1854, Mohamed-Said firma el acta de concesión o firman que vincula a ambas partes.
El virrey de Egipto es en esa época vasallo del sultán de Turquía. Por tanto, considera necesario -y Lesseps coincide con este juicio- obtener la aprobación del sultán antes de empezar la ejecución. Ambos están seguros de obtener rápidamente su acuerdo. No obstante, surgen dificultades de todo orden. Muy pronto, la oposición de los británicos se hace patente. Por ende, el sultán, objeto de fuertes presiones por parte del embajador de Inglaterra, no da una respuesta positiva.

Tras incesantes gestiones y numerosos viajes, Lesseps constituye, el 5 de noviembre de 1858, la Compañía Universal del Canal Marítimo de Suez, con domicilio social en Alejandría y sede administrativa en París. El virrey aprueba los estatutos. Se abre una suscripción para la construcción del Canal de Suez.

El 25 de abril de 1859, Lesseps da el primer golpe de pico.

Sin embargo, desde los primeros meses, las obras son presa de todo tipo de obstáculos bajo la presión de los ingleses y los turcos. En octubre de 1859, un momento de crisis especialmente grave, Lesseps se ve obligado a recurrir al Emperador Napoleón III, que respalda su proyecto de canal sin gran convicción para no enemistarse con los ingleses. Las obras continúan a un ritmo más lento.

A partir de 1863, la campaña contra Lesseps se acentúa y es alimentada por el primer ministro del nuevo virrey Ismail, que acaba de suceder a Said. A petición del sultán, que obedece a Inglaterra, se suprime el trabajo obligatorio con el fin de paralizar las obras. Lesseps va a tener la posibilidad de mitigar gran parte de la virulencia de la pelea por la mano de obra. Gracias a los ingenieros, se inventan y construyen máquinas de vapor, dragas y excavadoras, que se instalan en las obras. El canal, que había empezado con palas, picos y capachos, continúa gracias al vapor.

Del 17 al 20 de noviembre de 1869 el Canal de Suez se inaugura triunfalmente en presencia de la Emperatriz Eugenia y de la mayor parte de los gobiernos europeos.

En ese momento, el 44% del capital de la Compañía pertenece a Egipto, que estatutariamente recibe además un 15% de los beneficios del Canal, de modo que le corresponde un 59% de las ganancias. Esta situación, que hace de la Compañía una sociedad de economía mixta antes de de que exista esta fórmula y reparte los beneficios con una ventaja sin duda jamás igualada a favor del país que otorga la concesión, dura hasta 1875.

En 1875, el Kedive Ismail se encuentra en una situación financiera lamentable. Inglaterra, que se opone al canal, aprovecha para adquirir casi clandestinamente las 170.000 acciones que el Kedive se ve obligado a ceder y convertirse de este modo en el principal accionista de la Compañía del Canal de Suez.

En 1882, tomando como pretexto la rebelión de Arabi Pacha, las tropas británicas desembarcan en Alejandría y ocupan los puntos estratégicos del territorio egipcio y, en primer lugar, el Canal de Suez. Declaran que vienen a restablecer el orden para luego retirarse e imponen el orden británico en Egipto, lo que dura más de 70 años.

A medida que se afirmaba el sentimiento nacional, el canal apareció como la causa de la presencia extranjera en el suelo nacional. Hacer que el canal formara parte del patrimonio egipcio, era devolver a Egipto esta parte de su territorio que se le había escapado. Nada es posible mientras los funcionarios y las tropas británicas estén presentes. En 1952, los oficiales libres toman el poder: el rey Farouk abdica y empieza la evacuación de la zona del canal, que concluye en 1956.

El 26 de julio de 1956, el coronel Nasser anuncia la nacionalización de la Compañía Universal del Canal marítimo de Suez. Egipto tiene la intención de utilizar los dividendos del funcionamiento del canal para financiar la construcción de la presa de Asuán. En noviembre del mismo año, desembarcan en Port-Said las tropas franco-inglesas. Egipto bloquea el canal hundiendo buques, para finalmente reabrirlo en abril de 1957.

Tras la guerra de Seis Días, en junio de 1967, el canal permanecerá cerrado hasta 1975, fecha en la que se dedica definitivamente a la navegación.

Desde entonces, la Autoridad del Canal de Suez, respetando la estricta neutralidad de la vía navegable, acoge buques del mundo entero.
Información facilitada por Ernesto y María

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